Nueva asamblea, viejos problemas

por **Maharet** Sáb Ago 04, 2012 1:12 am

El río se deslizaba perezosamente por la ribera, desde la ventana del primer piso de la mansión sureña en la que se reunía la cofradía semejaba a una serpiente plateada y enorme que de un momento a otro engulliría la ciudad.
Sobre el mármol veteado del escritorio papeles y más papeles se acumulaban; quién hubiera dicho que la eternidad iba a ser tan burocrática. Los miré con desdén, aunque sabía que de un momento a otro tendría que enfrentarlos.
Volví a tomar el papel entre mis manos, el mensaje me había llegado desde Miami ese mismo crepúsculo, escrito por Armand de puño y letra, cosa que él sabía que estaba prohibida y que había hecho a sabiendas, para demostrarme la gravedad del asunto.
Mis ojos recorrieron la letra exquisita estampada con tinta índigo, las palabras eran precisas y turbadoras, como su autor, especialmente me detuve en algunas que llamaron mi atención "hechos inexplicables", "antiguos secretos", "vieja maldad".
Y todo eso se relacionaba con nosotros, sospechaba él, si no, ¿Por qué incurrir en tanto riesgo y tanta prisa?
Me apreté los ojos con la yema de los dedos, mis pobres ojos robados... ¿Se horrorizarían mis invitados si los recibía con mis cuencas vacías? ¿Acaso nosotros, los monstruos de antaño, todavía podíamos sentir pavor ante la mutilación?
Vi el automóvil detenerse en la reja e ingresar luego de los controles, mi primera invitada había llegado.

por **Wilhelmina Beszterczahn** Miér Ago 08, 2012 2:47 pm

Al tomar las manos de Patrick e inclinarme con él siguiendo su movimiento pude ver, escritas en las paredes, las palabras escritas con su sangre ancestral:

"Somos hombres. Creamos dioses y luchamos con ellos y ellos nos bendicen"

Habíamos compartido largas noches en Montagnola conversando con el creador* de esa frase, una personalidad vibrante, aguda, llena de vida... Uno de esos seres que nos llenan de esperanza en la humanidad. Por aquel entonces estaba el escritor penando su exilio y la salud de su pobre esposa. Nuestra presencia constituía un aliciente, un regalo que bendecía... Nos gustaba pensar que habíamos inspirado el "Teatro Mágico -sólo para locos-" del Lobo Estepario.

No pude modificar la escena, era tan perfecta... Mi amado amigo con un rostro tan vivo y la muerte en sus manos: al zambullirse en la vida uno bucea las profundidades de la muerte...

Salí de la cripta, comprobé que no hubiera restos de "sudor o lágrimas" en mis manos o mi rostro. Tomé un taxi que avanzaba perezoso por la calle del cementerio y le indiqué la dirección... 31025 Louisiana Highway

Una noche larga y variada.

*Hermann Hesse

por **Wilhelmina Beszterczahn** Miér Ago 08, 2012 4:43 pm

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Me apeé del vehículo luego de pagar, deseé las buenas noches al chofer que me había prodigado furtivas miradas durante el viaje... Le habrá atraído mi semblante, sentía mucha paz.

Saludé a Maurice, nuestro jefe de seguridad. El hecho de que él estuviera en la puerta anunciaba un evento importante.

- La esperan en el primer piso

Su voz, firme y amable, era música para mis oídos. Maurice es una estatua de ébano y es un placer ver la luz amarilla acariciar la piel que asoma sobre la pulcra camisa blanca y sus preciosas facciones.

Avancé por el parque inhalando la fragancia de la vegetación esperando que esa esencia natural hiciera presa en mis entrañas... Al llegar a la puerta, eché una mirada hacia atrás y entré.

La mansión es maravillosa, la mantenemos como casa de fiestas y la utilizamos para nuestras esporádicas reuniones. La idea de que se realicen fiestas en ella la llena de vida, nos ayuda a mantenerla en estas excelentes condiciones. Lejos de la dejadez en que suelen caer las posesiones de los vampiros más antiguos. Perdemos la noción de la corruptibilidad y permitimos que a las cosas que amamos y nos unen a la tierra se las lleve el tiempo.

Entré al estudio donde Maharet me esperaba.

por **Maharet** Vie Ago 10, 2012 11:52 pm

La vi bajarse del auto, tan elegante e indolente como siempre, sus pies quebraban la hierba fresca del jardín, a la luz pálida de los focos del patio parecía que una estatua había cobrado vida, un vestido mortal para disfrazar la carne inmortal. La escuché ingresar a la casa, sus pasos sobre la alfombra del vestíbulo y luego sobre la madera pulida de la escalera, llevaba un perfume suave con aroma a flores de azahar.
-Adelante, Wilhelmina, qué bueno que hayas llegado -dije en voz alta sin levantar la vista de la carta al tiempo que ella entraba a la habitación.
Cuando abrió la puerta la corriente que se creó me meció la túnica color azul marino que me vestía, una sola pieza sin mangas atada con un delgado cinturón dorado. Era estupendo poder fijarme en detalles tan nimios después de todos estos siglos y disfrutarlos; que los dioses acabaran con mis noches cuando el tedio empezara a nublar mi mente.
Sin embargo, tenía otras cosas de las que ocuparme esa noche.
-Te he mandado a llamar porque Demian me ha dicho que está por llegar el italiano, quiero que estés aquí cuando llegue y que lo interrogues conmigo, necesitamos saber cuánto y qué sabe y si es eficiente, quizás le demos alguna tarea para que cumpla.

por **Wilhelmina Beszterczahn** Lun Ago 20, 2012 8:26 pm

Tan imponente como siempre me esperaba nuestra reina. Qué dulce se me antojaba el sonido de su voz: tanto tiempo hacía que no la oía mas que en mi mente, fue un alivio gustarla con mi sentido.

- Será un placer acompañarte y asistirte. ¿Hay algo más que deba saber?

por **El Hombre Común (Admin)** Mar Ago 28, 2012 10:35 am

El teléfono sobre el escritorio de Maharet sonó estrepitosamente, las dos inmortales lo miraron como si fuera un insecto gigante y desagradable que había materializado en la habitación. Maharet sabía que alguno de sus empleados de confianza atendería y esperó a que así lo hiciera alguien, cuando ocurrió escuchó los pensamientos de su empleado.
Al principio no estaba segura de que los pensamientos le llegaran correctamente, pero no había dudas, Morgana estaba en problemas y no podían ayudarla de otra manera que no fuera siguiendo las reglas de los mortales.

por **Maharet** Mar Ago 28, 2012 11:55 am

-Wilhelmina, ha surgido un problema -anuncié en voz apenas perceptible, como si nos estuvieran oyendo, me di cuenta de que estaba pensando cómo solucionar la situación y por eso murmuraba -La policía tiene a Morgana en una celda de la jefatura, parece que la atraparon con una víctima, uno de nuestros espías en la fuerza policial acaba de hablar con Carlo.
Suspiré y me apreté los ojos, que me dieron un fuerte pinchazo de dolor, los nervios estaban muriendo rápidamente, pronto tendría que tener nuevos ojos. -Llamemos al italiano, ¿Demian te dio su teléfono y el teléfono de su hotel, no es verdad? Parece que vamos a darle un trabajo antes de lo previsto.

por **Wilhelmina Beszterczahn** Miér Ago 29, 2012 12:59 am

La interrumpí casi con violencia, su tensión me impelía a responder con rapidez

- Iré a verlo personalmente

Además, el uso de los medios de comunicación me exaspera. Soy chapada a la antigua: prefiero la presencia, la voz, el alma encarnada... Incluyendo el pequeño detalle de que nuestra presencia en el mundo debía ser tan sutil que no dejara registro de conversación o epístola

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