Sábado a la noche en el Bathory Bar

Ahora que no es hora para nada - pensé- es un buen momento para ver el Bathory en vivo y en directo

Pasé por entre la gente como un fantasma y enciendo el primer cigarro de la noche, disfrutando su saber de a poco, observando toda la gente del lugar, pregutandome que tan divertido seria todo si supieran quien soy.

-Ehh srita- dije llamando a la bartender con un ademán- quisiera algo dulce y fuerte para empezar, que recomienda?

Y entonces realmente la vi. Mas allá del ruido de las bandas y el sudor de la gente que me llegaba por mi condición, pude verla como nadie la habia visto jamás, tan pura y tan hermosa.

Me imaginé al menos mil formas de pintarla, retratando cada pulgada de su cuerpo, pennsando en dejar la vida y el alma en cada trazo y en cada lienzo.

"Será como Erato, Polimnia o mas bien Melpomené" -pense- "Será cualqueira de esas musas pero será mia..."

Sonrei un poco con su comentario. ME parecia casi sacrilego que alguien tan elevada como ella pasara sus dias en lugares para gente como...como...bueno como yo, pero no como yo.

Destornillador será, le dije secamente. Dejé bastante dinero, unas monedas y un trozo de carbonilla que rodó hasta su muñeca. LA trampa estaa preparada

Me aleje de la barra unos metros y volviendo sobre mis pasos, comencé el juego.

"LA ilusión es el priemro de los placeres" pensé y extendi mi mano. ME aseguré que solo ella veria la carbonilla como yo queria que lo hiciese.

A ver que es lo que el detino nos tiene escrito, que la ilusion se haga...

Me acerco a la barra y busco bajo la pequeña pila de billetes y monedas la carbonilla.

Sonrio un maliciosamente un poco meintras ella ve lo que yo quiero que vea.

La mariposa esfinge de calavera vuela cerca, muy cerca de nostrotros, esquivando a los demás clientes de la barra, en un vuelo majestuoso e hipnotico.

Dejo que ella se deleite y se sorprenda con cada vuelta, cada variación y cada giro, y yo disfruto como una bestia regia, extasiado con su rostro, pintado de sorpresa.

La mariposa entonces aterriza muy cerca, otra vez en la barra.

"Lo siento-le digo mirandola timidamente- no tengo explicacion para lo que acaba de pasar...usualmente no sale del bolsillo.

Mi nombre es Daniel, Daniel Chase Foley, soy nuevo aqui, tal vez puedas ayudarme"

"Me es urgente que me ayudes-le dije, mirandola intensamente a esos ojos- y creo que eres la unica que puede hacerlo."

Con una timidez que me es impropia, mis manos buscaron las suyas. Me acerque despacio, embriagandome del hedor extraño y exquisito que formaban el alcohol, el tabaco y su perfume.

Y con un leve movimiento, susurré en su oido mientras sonreía para mis adentros:
"Morgana"

-"Se bien cual es tu nombre, Meredith-le dije sonriendo- Y se bien que solo tu puedes hacerlo. No conosco bien a la persona que busco pero se que no voy a encontrarla si no es contigo."

Casi lamento -pensé- haberte encontrado.
Casi lamento haberte conocido...casi lamento todo lo que nos va a pasar...casi.-

-"Hermosa Meredith- le susurrè despacio, como si todo y todo estuvieran pendientes de nosotros-, el tiempo se nos agota y hay tanto por hacer. No podemos hablar aqui..."

Dejé que mis dedos se deslizaran por los suyos. Temblé por dentro al sentirla tan tibia y yo tan prematuramente frío.

"Como cadenas por un jardin-pensé- cadenas que te arrastran...si no fueras tan hermosa, si yo no fuera tan yo mismo."

"Ayudarme?" pensé, ella necesitaria ayuda despues.

Meredith me guió al interior del local rapidamente. por suerte para mis refinados sentidos, el hedor de la gente, su charla vacia y las luces de esa atmosfera insoportable quedaban atrás, muy atrás de nosotros.

Todo era tan perfecto, la luz tenue, nuestros murmullos y su respiración nerviosa, como febril; todo era tan sugerente que crei escuchar musica como en una opera...sabia que no era verdad pero era perfecto.

El viento chilló sacandome de mi embotamiento, y tuvo un efecto parecido en ella.

La quinceañera tonta se habia esfumado con la musica, y la mujer que me miraba ahora era una persona totalmente distinta.
Por un moneto me senti com un niño frente a su madre, avergonzado por alguna travesura que no merece tal castigo.

Me vi ridiculamente vestido como en la epoca victoriana, frente a otras personas que me conteplaban como a un criminal, y habia tanta reprobcion en sus miradas...

Meredith, de alguna manera, de una manera que me hizo sentir muy avergozado disparó: -¿Qué es esto? ¿Qué clase de ser eres?.
Senti muchas cosas, miedo, panico, rabia, ira y...

Y al final, le sonrei. Le sonrei como el lobo al cordero, con la soberbia del verdugo. Volvia en mi y a ella, a ella la deseaba aún mas.

El chispaso de mi Zippo rompio el silencio y me iluminó con un destello hermoso. Un segundo después encendia mi cigarrilo, mientras saboreaba las palabras que iba apronunciar.

-Hermosa y dulce Meredith, me has sorprendido gratamente. Como dejarte ir ahora que estas a punto de saber algo que pocos, tan pocos saben, porque, a diferencia de mucha, mucha gente, tu puedes ver y entender...y estas dispuesta a ello.

No voy a detenerte si decides no aventurarte hacia la verdad, la verdad sobre mi, sobre nosotros.
Pero veo el deseo, la curiosidad escrita en tu bello rostro, pintado ahi, con trazos gruesos y fuertes...moririas por conocerla.

Pero mi precio no es tan alto, que sentido tendria que conoscas todo de mi y morir...además soy un artista, un amante y un visionario y ese tipo de violencia me es tan ajeno como la libertad a las aves.

Necesito realmente de ti, para que me ayudes y me guies. A veces la verdadera naturaleza de lo que soy, lo que ahora soy, supera todas las barreras, todos los limites...y en noches como estas, despierto confudido y poderoso, recordando que varias horas antes...-"

Me callé de repente, no iba a hacercelo tan facil.

Hice un ademán y cerré los ojos. Me vi de pie, frente a toda esa gente de la epoca victoriana. Me sentia admirado, respetado como un rey.
Y a mis espaldas habia un atril y un cuadro, el que todos esperaban que revele.
Tomé el largo paño con las manos y tiré con fuerza. Todos quedaron asombrados por un dulce momento, el instante anterior a romper el silencio con sus aplausos.

Abrí los ojos, ella estaba ahi, dibujada contra la pared del patio, tan vulnerable, tan fuerte y tan, tan hermosa.

Pensé en Rubens, en "El juicio de Paris". Pensé en Rubens y pase a su lado.

Abrí la puerta despacio y seguí pensando en Rubens, en Paris (pobre Paris) y deje a Meredith pensar trankila.

Ahora tenia que decidir. No podía negarse. Ahora sabia.

No pudo resistirlo y amé cada segundo de esto y lo que vino después.

Las palabras funcionaron, ella estaba tan sedienta de verdad como lo estaba yo, aunque mi sed tambien es de cosas mas espirituosas y agradables al paladar.

Dudaba, ella dudaba como lo haria cualquier mujer sensata en su situación. Y ahora que lo pensaba, ella no solo era sensata, realmente me habia atrapado con aquellas preguntas, ella tambien a su manera era un misterio, y apostaria ciegamente que ella tiene tantas o mas sorpresas que yo bajo la manga.
Ciertamente no es Dorothy fuera de Kansas.

Ella preguntó, queria saber mas de mi, y yo estaba deseoso de decirselo, de soltarlo todo y de tomarla y hacer cosas indecibles...

Pero ahora debia pensar mejor mi jugada, ella si estaba a la altura...

Ella preguntaba y yo respondi.

-Si, ese es mi verdadero nombre-le dije sin rodeos-, pero podria haber otros...otros nombres, dictados por acciones y caprichos.
Hay tanto por mostrarte, y sin embargo, no tengo todas las respuestas, por eso necesito encontrarla. Morgana sabe, casi puedo sentirlo. Y sin ella, querida Meredith tus preguntas y las mias no serán contestadas.

Pero me siento generoso hoy, y tal vez solo por hoy te conteste, sin saber si esa verdad envenena o libera.

Puedo darte mucho, hermosa Meredith, pero pido algo a cambio, yo tambien quiero respuestas, y ese es mi precio.-

Aspiré profundamente y libere una gran boncanada de humo.
"Que gran noche para un crimen-pense-,un millón de ellos o solo uno que valga un millón"

Volvi a mirarla y sonrei con una sonrisa suave. Ella se veia majestuosa y yo me sentia tan poderoso.

"El precio esta fijado Meredith-le dije seriamente-, ¿cuanto estas dispusta a saber? ¿Cuanto estas dispuesta a pagar"

La brisa se llevó el humo de mi cigarrilo, que igual que la noche, estaba consumiendose muy rapido.

El tiempo estaba a mi favor, pero se me acababa y maldije para mis adentros un poco por ello.

Apagué el cigarirllo un poco fastidiado y volvi a mirarla. Habia mucha seriedad y decisión en aquellos, tal vez demasiado de ambas cosas, y muy poco de sensato, pero acaso yo lo fui cuando me ofrecieron lo mismo? Sentí rabia al pensar en ello.

El alma. Ella hablaba del alma como algo tangible, algo que se tiene, y que puede ser corrompido o robado...Y volvi a sentirme furioso.

Furioso al recordar palabras dulces que embriagan.

"Danny boy -decian-Danny Boy, cuidado con lo que deseas...y lo que haces para conseguirlo"

Basta!!! -dije con violencia-" No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu! Deja mi soledad intacta."-

Crei oir que la gente me escuchaba y corrían a buscarme.

Pasé mi mano por la cara, maldiciendo lo estupido que habia sido...pero si llegaba hasta el infierno...si llegabamos al infierno, seguiriamos avanzando.

Lo has pedido, -le dije sonriendo fuera de mi- lo has deseado toda la noche. Una respuesta, una respuesta ansiada para la dulce Meredith.
No tengas miedo, no mas del necesario y posa tu mano en mi, en mi pecho. Es frio y lugubre como una catedral, como una catedral, si...pero porque no doblan allí las campanas?

Su corazón latíaa tan fuerte, que aún si mis
sentidos fueran los de antes, los hubiera podido escuchar como ahora. ¿Estaria
el suyo latiendo también por el mio, apagado prematuramente por el beso oscuro
de la Bella Caroline?


Meredith era valiente, lo admito, lo bastante
valiente como para actuar de esa manera tan especial…tan suicida.

Seria tan fácil arrancarle hasta el ultimo de sus suspiros. De matarla mil
veces de a poco, ahora mismo, bajo esta misma luna y sin embargo, no lo haría.
No hoy, y tal vez no mañana.

ME pregunté si era por lo que veía o creía ver en ella, su belleza, demasiado
pura como para no contemplarla, o su inocencia, producto de una sana ignoranca
que se ve escurriendo con cada palabra y cada acto en esta pieza.

“Lo he pensado a veces Meredith –le dije sin mirarla- si respirar y no vivir es
estar vivo. Se que antes, un antes que no se mide en tiempo real con horas y
días, antes mi vida no era tal, ni siquiera como la entendíamos. Y ahora –hice
una pausa y sonreí- ahora tan frio y tan vivo? que ahora gustoso pago un
pequeño precio (a expensas de otro debo decir) por mantener este estado, tan
delicado como fuerte.
Pero es prematuro contarte mas ahora, ahora que justamente, es tiempo de pagar
a cuenta un pequeño precio por aplazar lo inevitable otro poco.
Puedo volver a buscarte mañana, por la noche. Ha sido una velada maravilllosa y
reveladora.”






Volvi
a mirarla por fin, tan encantadora, tan vulnerable y tan regia. Pensé
brevemente en el dolor de la ausencia y el dulce sabor del adiós y la partida.
Otra noche, mucho en que pensar y tanto que hacer para evitarlo…

"Justamente dulce MEredith -le dije suavemente- esa es la mejor razón para que te quedes aqui. Yo tengo "habitos" que muy pocas personas pueden resistir (en el mas amplio sentido de la frase), y no puedo llevarte a garantizar tu seguiridad personal"

ME di cuenta lo tonto que sonaron esas palabras. Si por ella fuera, me perseguiria por la ciudad hasta encontrarme y estoy tan seguro que lo haria en un parpadeo.

Me sentiria muy raro que alguien como ella este en taller...pero las cosas se estaban poniendo extrañas e interesantes.

"Esta bien -dije finalmente haciendo un ademán- busca tu abrigo, haz lo que tengas que hacer y nos vamos"

Y otra vez su voz me advertia: "Danny-boy, mi Danny boy, no te engañes..."

De todos los bares del mundo, tenia que entrar a este.

"Oh Danny Boy, the pipes, the pipes are calling
From glen to glen, and down the mountainside.
The summer's gone, and all the roses falling.
´Tis you, 'tis you must go and I must bide..."

Me senti como la araña, la serpiente, Judas, Ted Bundy y finalmente yo mismo.

No existía una manera en este o en otros mundo, de que esto terminara bien para mí o para ella.

Meredith era el abismo y me devolvía la mirada y mucho más. Era lo que buscaba, mi deseo cumplido, y ahora tenía que pagar el precio.

Pero no todo tenía que ser tan malo, todavía estabamos a tiempo de poner las cosas peores, o en el peor de los casos, podía resultar muy bien para ambos, para todos.

Sonreí para mis adentro y pensé "danny boy no puedes engañarte a ti mismo, no por mucho tiempo"

Volví a silbar y despues de dar vueltas sin rumbo fijo, atravesamos varias calles en bajada y llegamos al taller mas rápido de lo que me hubiese gustado.

Y sé que vi, no que creí ver, sino que vi la figura de Carolyn cuando atravesamos la puerta. No tuvo que decir nada, y no me atreví a mirarla; me sentí aliviado por un segundo, un segundo que no duró siquiera eso al ver a Meredith del otro lado.

"deberías abandonar toda esperanza al entrar aquí"- dije, sin saber a quien en verdad se lo decía.

El aire del taller y roda su atmósfera me parecieron pesados; todo se sentía raro con MEredith aqui.

"La cocina esta al doblar el pasillo -le dije mostrandole el lugar-, ahi bajo la escalera, el baño. Después lo demás es donde pinto y la habitación arriba. Cuidado donde pisas Meredith, no suelo ordenar demasiado. Ponte comoda querida"

Para romper la tensión saque la carbonilla de mi bolsillo. Jugué con ella haceindo la pasar por entre mis dedos y al sentirme un poco mejor decidí aprovechar la situación y conocerla mas.

"Quisiera un recuerdo de esta noche -le dije mirandola fijo- tan especial para ambos y que aún no termina. Quiero algo tuyo ahora Meredith, y no vas a irte sin que yo lo tenga... acá y ahora."

Desaparecí un momento y buscando un lienzo en blanco, tomé de la cocina mas cigarrillos y algunas velas.

Me deje caer sobre los almohadones raídos que tanto, apoyándome contra una de las paredes, tomé la carbonilla y la miré suavemente.

Cerré los ojos fuerte, tratando de atrapar su imagen, su esencia. Respiré hondo y a abrir los ojos mire la tela desnuda. "Te tengo" susurré y comencé a pintar como si la vida se me fuera en eso. Use todo el espacio posible, tratando con todas mis fuerzas de pintarla no como era, porque seria imposible, sino como la veía. Volqué en el lienzo todo mi habilidad, mi técnica, mis conocimientos, no iba a guardarme nada...

Y al final no fue una pintura, era un confesión, una declaración a gritos. No había otra forma de hacerlo, y eso también me gustaba.

Al terminar estaba exhausto, tan cansado como satisfecho, era una obra hermosa, casi tanto como ella.

Tiré la carbonilla a un costado, prendí mi cigarrillo y antes que ella pudiese hacer o decir algo, me fui para la habitación.

"Voy a colgarlo en la habitación -le dije sin mirarla-. Si fueras tan amable, querida, podrías llevar 2 vasos y la botella de la heladera? gracias"

Dejé el cuadro a un costado, deje mi traje sobre una de las sillas y dándole la ultima pitada al cigarrillo espere paciente por ella.

Tanto que hacer un tan poco tiempo

"Es una ocasión importante y no quiero brindar solo, Meredith"

Ella vino hasta mi como una visión, era tan tan hermosa.

Tomé los vasos y lo llené bastante de buen licor, haciendo fondo blanco. No me sorprendió que siendo una bar tender Meredith soportara bien el alcohol, lo cual complicaba un poco mis propósitos, pero seguiría adelante de todos modos.
Igualmente me aseguré que su vaso nunca estuviera vacío, así que al cabo de varios, mas bien muchos tragos, ella estaba como yo quería.

Delicadamente, le saque parte de la ropa antes de taparla...debo confesar que me sentí como un profanador de tumbas, descubriendo su piel bajo su ropa, pero no era el momento ni el lugar, o mas bien era el momento y el lugar preciso, pero no, no debía...

No se cuanto tiempo me llevo dar todos esos paso que me alejaban de Meredith, y me acercaban mas al umbral de la puerta. A ese umbral que una vez pasado, me liberaría de esta triste condición, volviéndome otra vez lo que realmente era.
Y buscaría carne fresca, tal vez otra joven perdía bajo el abrazo de la noche, o alguna turista borracha,o no mejor aún...alguna pareja besándose bajo otro umbral, un par de incautos cuyo destino se cierra cuando mi boca se abre.

Sonreí y recordé que esta noche es perfecta para un crimen, para escandalizar la ciudad completa, para pintar de rojos las calles...una noche tan fantástica como ninguna.

Busque la llave y le devolví la sonrisa a Caroline, quien me acompañaba hasta la puerta.

"El hijo prodigo regresa" le oí decir y reí por lo bajo.

La llave daba la ultima vuelta cuando escuché un suspiro arriba, en mi cuarto...

Y antes que el llavero quedara definitivamente colgado, estaba contemplándola a los pies de la cama.

Volvo a taparla un poco, con un cuidado digno de una obra de arte, mi obra de arte.
Y tambien mi cadena, mi delirio y mil cosas mas.
Aquella mañana me di cuenta de varias cosas: La caza seria diferente, mas complicada. La Sed seria mas grande, pero debía controlarla mas que nunca, y de otra manera. Y sentirá una mirada reprobatoria a cambio de la mirada de Meredith...

"Quien es el amo y quien el esclavo hermosa Meredith" le susurré mientras mis cadenas se hacían cada vez mas pesadas.